Insomnio

Insomnio

Insomnio : La mayoría de las personas, en algún momento a lo largo  de su vida, ha sufrido algún tipo de alteración del sueño, ya sea por alteración de la cantidad, por su calidad, o  por alteración de su duración.
La mayor parte de las veces, esta alteración tiene sus raíces en causas emocionales. La persona se encuentra con malestar y sueño a lo largo de todo el día y esto afecta  a su estado de ánimo, a su rendimiento y a su calidad de vida; en consecuencia, la persona suele intentar dormir, o a veces, simplemente se queda dormida sin darse cuenta durante pequeños periodos del día (“cabezaditas”, siesta, en el trayecto del autobús, contemplando la televisión) o puede que decida dormir un pequeño rato la siesta.

Dormir durante el día a pesar de estar cansado resulta contraproducente para solucionar el problema, pues altera el ritmo sueño vigilia y no permite el establecimiento de una pauta regular de sueño. Habitualmente, las personas que se despiertan  durante la noche y que tienen dificultad para volver a dormir, especialmente si les ha sucedido en otras ocasiones, tienen miedo a que vuelva a suceder; pensamientos de preocupación  tipo “si no me duermo ,mañana me sentiré mal”, “ya no me podré volver a dormir”, etc. provocan ansiedad , aumentan la preocupación y en consecuencia aumentan la activación cognitiva y fisiológica y la dificultad para retomar el sueño.
Cuando la latencia del sueño es superior a 30  minutos, la cama, el ambiente o determinados características de la situación, pueden  convertirse en estímulos asociados a la incapacidad para dormir. En tal caso, es recomendable levantarse, ir a otra habitación y dedicarse a realizar alguna actividad monótona y aburrida hasta que aparezcan nuevamente ganas de dormir. Esta secuencia ha de repetirse cuantas veces sea necesario.

El entrenamiento en relajación constituye una de las herramientas más útiles y que más se utilizan para combatir la  activación cognitiva y conductual que impide conciliar el sueño y resulta especialmente indicada para combatir pensamientos de preocupación y ansiedad.
A pesar de que la dificultad para dormir tiene un origen  emocional, determinadas medidas facilitan la inducción del sueño; entre ellas levantarse y acostarse a la misma hora todos los días, no dormir entre horas, evitar alcohol, bebidas con cafeína, comidas pesadas, no acostarse con hambre,  evitar tabaco  y estimulantes en general, controlar los ruidos, la luz  y la temperatura de la habitación, no realizar ejercicio intenso al menos tres horas antes de ir a la cama, desarrollar una rutina previa y sistemática de relajación antes de acostarse (tomar un baño, oír música , leer o cualquier actividad que le resulte relajante) psicóloga Madrid
Estas son algunas de las recomendaciones generales para facilitar el sueño, pero si vd. realmente sufre este problema y no lo puede solucionar por si mismo, la ayuda profesional puede ser la opción mas recomendable para empezar a superar su problema.

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